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domingo, 21 de junio de 2009

Padre Turpín, una vida entre sotanas y balones

Capellán del Efesé durante más de 30 años, su objetivo fue siempre «llevar la religión a los niños a través del fútbol»

El personaje de la semana en el fútbol regional ha sido, sin duda, el padre Antonio Turpín, cura franciscano y capellán del Efesé desde mediados de la década de los setenta. Su aparición en la atrevida campaña de captación de socios del FC Cartagena ha sido el germen de un intenso debate sobre hasta qué punto pueden ir de la mano religión, fútbol y publicidad.

Mientras el Obispado de Cartagena y la mayoría de los sacerdotes de la ciudad han atizado con dureza a Turpín, nacido en Ricote hace 66 años, por «prestarse» a ser la imagen de la campaña, cuyo lema, Bienaventurados los que creen, somos la 'ostia', no ha dejado indiferente a nadie, cientos de cartageneros, buena parte de ellos católicos, han arropado públicamente a uno de los curas más populares de Cartagena.

Pero, ¿quién es el padre Turpín? Todo el mundo opina de él estos días, pero La Verdad ha querido preguntar a las personas que mejor le conocen. Mientras tanto, el capellán del FC Cartagena tiene el teléfono apagado y está lejos de los focos desde mitad de la semana, por orden de sus superiores.

Uno de ellos es José Ramón Egea, que empezó a jugar en los años 80 en el colegio Franciscanos de la mano del padre Turpín y terminó vistiendo la camiseta del primer equipo del Efesé, caso idéntico al de Chocano, David, Eduardo Egea, Paco Sánchez, Isidoro, Paco Moya o Juanma. «Nos hacía tirar penaltis a todos y de ahí elegía a los que iban a jugar en el equipo de fútbol sala del colegio. Toda su vida ha sido un apasionado del fútbol, como entrenador y directivo de los equipos federados de Franciscanos», recuerda José Ramón Egea, quien opina «que se ha exagerado mucho el tema de su ayuda a la campaña del Cartagena».

La realidad es que el padre Turpín no quiere ser un héroe. Pero tampoco un mártir. Sus compañeros del colegio Franciscanos creen que es «absolutamente injusto» el trato que le ha dado el Obispado. Cuentan que se hizo «franciscano porque de pequeño estudió la vida de San Francisco de Asís y tuvo claro que él quería proclamar su mensaje».

Y es que no puede ser considerado como un villano una persona que «todo su tiempo libre lo ha dedicado a trabajar con los niños. Su intención fue siempre llevar la religión a los niños a través del fútbol y del fútbol sala», indica el director del PMD, Eduardo Armada, quien fundó junto a Antonio Zamora y el padre Turpín la escuela de fútbol de Franciscanos. Fue en los años ochenta. «El deporte escolar de Cartagena alcanzó su nivel más alto de la mano del padre Turpín. Creó los equipos federados y recuerdo que el equipo de Franciscanos jugó varios años la fase final del Campeonato de España y perdió una final contra el FC Barcelona. El impulsor e ideólogo de todo fue Antonio Turpín», dice Eduardo Armada.

Madridista

El padre Turpín, que no ha faltado nunca a una ofrenda del Cartagena desde mediados de los años 70, es del Cartagena «hasta la médula» y su segundo equipo es el Real Madrid. De hecho, suele acudir varias veces al año al Santiago Bernabéu a ver en directo algún partido de Liga. Viaja con el empresario cartagenero Javier Gómez Vizcaíno, otro madridista confeso para quien el padre Turpín es uno más de la familia.

Turpín creó la escuela de Franciscanos y sigue ligado al deporte. Sin ir más lejos, el viernes estuvo en la clausura de la temporada de la EF Ciudad Jardín, club con el que colabora. Allí no quiso hablar y se le vio preocupado. «La campaña es para gente inteligente. Él no merece que alguien vaya a por él por esto», sentencia Armada.

Origen de la noticia: laverdad.es

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